jueves, 3 de julio de 2014

HISTORIA DEL JOROPO


El origen del joropo es el fandango español y la música melismática (grupo de notas cantadas sobre una misma sílaba) árabe.[cita requerida]

Según el musicólogo e investigador de la música venezolana y caribeña Rafael Salazar, “grandes estudiosos de la musicología, como Alejo Carpentier, consideran que el fandango es una danza fecundatoria negro-africana, proveniente de la Guinea, que llegó a las Antillas a partir de la dispersión de los esclavos traídos por la fuerza a América para las rudas tareas de la agricultura y la minería”.


El fandango tomó fuerza en la península ibérica gracias a los viajes de los conquistadores, quienes lo llevaron de un lado a otro con sus variantes y fusiones afroamericanas y campesinas.

San Juan de los Morros, Estado Guarico. 2013.

En el año 1640 el Consejo de Castilla prohibió el fandango y otras danzas calificándolas de “indianas amulatadas”. El joropo encierra en el fandango su origen afroamericano con pequeños aportes indígenas. Los primeros fandangos llegaron a Caracas a principios del siglo XVII, se tocaban en las veladas de los grandes cacaos en las haciendas capitalinas y fueron ejecutados con instrumentos como la bandurria, el instrumento, el clavecín y la bandola.

Los campesinos venezolanos -negros y mulatos- escucharon los fandangos en las fiestas organizadas por los mantuanos y aprendieron la música, imprimiendo la fuerza rítmica del negro con los bordones de un arpa rústica hecha de bambú y en las maracas se identifica la huella indígena.

El 10 de abril de 1749 el Real Consulado de Catacas español con apoyo de la Iglesia Católica sancionó este tipo de danza porque, en su opinión, generaba lazo de sexo por los contactos de las manos y los extremosos movimientos propios del baile. Se estableció dos años de cárcel para los ejecutores y dos meses para los mirones. Con el tiempo, el joropo se convirtió en un ritmo popular y en cada área cultural el pueblo le incorporó sus propias figuras.

“El joropo al haber sido asimilado por el pueblo, puede considerarse un sentimiento nacional, que posee tantas variantes musicales y dancísticas según las condiciones culturales de cada región del país”, indica Salazar.
El baile que identifica al llanero es el joropo, con el cual manifiesta su altivez, gallardía, machismo y algunas actividades de su medio ambiente natural

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